Divendres 21 de juliol a les 19h, a la Sala 2 de Can Batlló
Xerrada i debat amb la participació d’arquitectes i activistes dels diversos moviments.
Diana Bogado (Rio de Janeiro), Nancy Popp (Los Angeles) i Maria Barrero (Sevilla).
S’ha convidat també (pendents de confirmació): Sindicat de Llogateres, Coordinadora d’Assemblees de Barri per un turisme sostenible, Bloc Amenaçat/Recuperat del carrer Leiva, La Borda i Fundació La Dinamo.
+Diana Bogado, es feminista, arquitecta y urbanista brasileña. Activista en los movimientos sociales por el derecho a la vivienda digna y a la ciudad. La charla tratará sobre la experiencia del “Museu das Remoções” (Museo de los desalojos) como respuesta sociocultural al Rio de Janeiro neoliberal. Relatará el proceso de resistencia de una favela en Río de Janeiro, Vila Autódromo, que fue la única capaz de resistir los desalojos vinculados con el proyecto olímpico de la ciudad. Se centrará en uno de los trabajos clave de este proceso de resistencia como fue la creación del “Museu das Remoções” (Desalojos) para mantener la memoria que los gestores neoliberales querían erradicar.
+Nancy Popp, artista plástica de Los Ángeles, presentará y discutirá su reciente trabajo como parte de la actual Orange County Museum of Art’s 2017 CA-Pacific Triennial. Esta conversación incluirá el Museu das Remoções de Rio de Janeiro, the Los Angeles Tenant’s Union, el sindicato de inquilinos de Los Ángeles y los actuales esfuerzos de organización contra la gentrificación en Santa Ana y Costa Mesa, como parte de la Trienal de OCMA, LA-based NOlympics campaign.
+María Barrero, arquitecta y activista, forma parte de la colectividad aglutinada en torno a la Casa Palacio del Pumarejo de Sevilla, un movimiento que lleva 17 años en lucha por la rehabilitación del edificio y autogestión del espacio. Relatará el movimiento que surge contra la primera ola de gentrificación sufrida por el casco histórico norte (conocido como Sevilla la roja, o el Moscú sevillano) en los años 90, de la mano de la Expo92 y el Plan Urban y al auspicio de las desenfrenadas políticas neoliberales del consistorio; movimiento para el que el Pumarejo fue un símbolo de resistencia. La Alameda de Hércules y los barrios de San Luis y San Julián, en gran medida degradados por un calculado abandono institucional, eran los últimos reductos de vivienda popular dentro del casco histórico y, por tanto, demasiado cercanos al centro comercial y monumental, por lo que sufrió especial acoso inmobiliario, acoso que hoy se repite. Actualmente, María participa en las negociaciones con la administración para las obras del Palacio, redacta el Plan Director de rehabilitación del edificio, y participa en el movimiento contra la segunda ola de gentrificación que asola al barrio: la turistización y baretización de la zona, una lucha que parece clave para mantener el futuro de la vecindad que se desarrolla en torno al Palacio.